La vella de Jordi, una orbea de 1950

Con esta bicicleta tubimos un quiero y no puedo por parte de el señor Jordi que no se 

desidia

 si pintar o no pintar e ahi el dilema, el final acavo pintando, el color es sorpresa ya que con 

el 

color tampoco se desidia. estas son unas fotos de el proceso y piezas sin oxido, y de la 

bicicleta antes, aun se espera la bicicleta pintada para montar todas sus piezas originales y 

con

el nombre de ORBEA por donde la mires, desde piñon, ruedas, manillar, sillin, caja de 

pedalier, y vielas. un espectaculo






















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